sábado, 21 de marzo de 2009

Urraca



El área de dispersión de la URRACA (Pica pica), comprende Europa, gran parte de Asia, el extremo septentrional de África y las regiones occidentales de América del Norte. En España peninsular y Portugal es nidificante, sedentaria. En las zonas montañosas resulta muy común hasta el setecientos metros, rara entre setecientos y mil quinientos, y excepcional a altitudes superiores.

Avanza por el suelo moviendo y alzando rítmicamente la larga cola, igual como hacen el zorzal y el petirrojo. Dado su peso, para volar se ve obligada a efectuar un aleteo continuo y, por tanto, cuando sopla viento avanza con lentitud y notoria inseguridad.

Vuela de árbol en árbol y de un matorral a otro, pero no lo hace en ningún caso sin un objeto preciso. En cuanto a los sentidos, nada tiene que envidiar al cuervo, que tampoco la supera en el aspecto intelectivo. Distingue muy bien a las personas, y también los animales, amigos o enemigos. Respecto al hombre mantiene siempre una actitud precavida, mientras que con los animales puede mostrarse atrevida, e incluso cruel. Por regla general vive en grupos, pese a su característica agresividad. En otoño e invierno, las urracas se congregan en bloque al descanso nocturno en "dormitorios" comunes, en los que a veces se ven hasta doscientos individuos. Durante el día, se dispersan y viven en parejas.
Los ejemplares capturados jóvenes se domestican con facilidad y aprenden a jugar, a cantar melodías sencillas e incluso a pronunciar alguna palabras. Resultarían, pues, muy agradables, si no tuvieran la costumbre de apoderarse de los objetos brillantes y ocultarlos, razón por la que se le da también el nombre de "urraca ladrona"; por otra parte, según parece, su denominación castellana procede del árabe surrak, que significa ladrón.

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